domingo, 4 de abril de 2010

De Pascuas, creencias y marcas en la tierra...

Como un amigo ha comentado recientemente, podemos ver que la gente celebra las Pascuas de distintas maneras: como un Domingo de Resurrección, el Peregrinaje o Exodo de Egipto, un fin de semana largo o un día más en la vida de uno...
Las Pascuas para mí provocan recuerdos de reuniones familiares, rituales, una formación religiosa muy marcada y la manifestación de una creencia: yo estoy aquí y creo en esto.
Con los años, ese "creo en esto" ha ido cambiando: alejándome de ciertas prácticas institucionales paternalistas, o del etnocentrismo religioso de "una única creencia religiosa verdadera".

Con todo esto, las Pascuas (noten que las sigo escribiendo en mayúsculas) siguen siendo una reflexión acerca de la fe o de las creencias que tenemos: y sin importar la religión (y eso sí: NADA de fanatismos religiosos, eh!) o creencia que uno profese, ha habido momentos en mi vida en que me he encontrado con muestras TANGIBLES del "yo estoy aquí": algunas como profesión de fe, otras como celebración de vida o una marca en la tierra...

No puedo evitar poner ojos "arqueológicos" en este mundo: me llaman la atención los rastros, indicios y marcas que vamos dejando en nuestros caminos diarios... En las estaciones de subte observo las franjas de pintura amarilla del borde del andén: allí donde están gastadas es donde normalmente se abren las puertas del subte y la gente desciende o ingresa, por consiguiente gastando esa parte de la pintura (observación muy buena para entrar rápido y conseguir asiento)...

Y así, buscando marcas, en el 2007 me encontré con esto:
Si tenés entre 5 y 7 horas para recorrer a pie de punta a punta un parque nacional, atravesando playas, ríos, subiendo colinas y sierras y encontrándote con espectaculares paisajes, la travesía se convierte en toda una aventura... Y el logro de completar el recorrido en el tiempo es una celebración que hace que quieras dejar marca.
Respetando el espíritu de el Abel Tasman National Park (Nueva Zelanda), la gente deja sus "marcas", sus grafittis de esta forma: con guijarros en la costa, escribiendo sus nombres, la fecha o un "I am here"...
¿Y qué tiene que ver con lo religioso? Bueno, tanto el Pésaj como la Pascua son la celebración de un pasaje, un viaje, una travesía... ¿o no?

Por supuesto también me he topado con las marcas más convencionales acerca de las creencias de la gente: la Basílica de San Pedro, en Roma, es una de las construcciones más visibles y, como dirían en inglés, in your face, que uno podría encontrar. Bellísima y a la vez triste: una obra de arte construida en un momento en que el esplendor era más importante que la humanidad.


Pero una de las marcas más increíbles la encontré en otra parte, también relacionada con el culto católico: en Asís, pequeño pueblo en las montañas que dio origen a uno de los movimientos religiosos más revolucionarios de su época y cuna de Francisco y de Clara de Asís.
Esta marca no la encontré dentro de la imponente Basílica de San Francisco, donde se encuentra la tumba del santo (qué hubiera pensado ese hombre, de tanto boato y esplendor rodeándolo a él, que había renunciado a toda esa pompa y circunstancia), sino en lo alto de una montaña, donde se encuentra la hermita de ese santo:

Allí, luego de un camino atravesando un bosque (y con vistas a un valle impresionante), se llega a un altar de piedra. Las piedras que forman este espacio (según me han dicho, talladas en la roca de la propia montaña) están cubiertas de musgo y líquen, marcadas por el paso de los años... y de la gente.
La gente no deja sus nombres, no pinta las piedras ni deja basura: el lugar se ve limpio de toda marca, pero si uno se fija con atención, a través del musgo y de pequeñas ramitas han ido dejando impresiones de cruces, casi invisibles, escondidas.


No hace falta agitar banderas, ni construir grandes edificios y obras de arte para decir "yo estoy aquí" o "esto es lo que creo"... las apachetas del mundo andino están presentes en el anonimato de los caminos... y sin embargo no son anónimas: son el aquí, ahora y siempre de una creencia viva, nuestras marcas en la tierra...



Un fuerte abrazo a todos y "¡Feliz Pascua!" y "¡Pesaj kasher vesameaj!" para aquellos que los celebran...

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